Dave Horton es un sociólogo y amante de todo lo que tenga que ver con bicicletas. Él es parte del Cycling and Society Research Group, que son pioneros en el ‘cambio cultural’ en estudios sobre montar en bicicleta donde hacen un simposio anual en el Reino Unido. Dave trabaja en el Centro del Medio ambiente de Lancaster, Universidad de Lancaster, en el proyecto ‘Entendiendo el caminar y montar en bicicleta’. El trata de hacerlo, escribe sobre ello, y promueve todos los tipos de ciclismo, porque montar en bicicleta es algo esencialmente bueno.
foto por Mikael Colville |
Miedo a montar bicicleta -
Construyendo el miedo - por Dave Horton - Parte 02 de 05
El miedo a
montar bicicleta pertenece a una cultura del miedo -(Glassner 2000; Massumi
1993). Sociólogo del Reino Unido Frank Furedi (2002) argumenta que
las sociedades occidentales han empezado a ser dominadas por la ‘cultura del
miedo’. Nosotros nunca habíamos estado tan seguros, sin embargo nunca
habíamos estado tan temerosos. ‘“Se cuidadoso” domina nuestro imaginario
cultural’ (ibid.). Nosotros pertenecemos a ‘una cultura que continuamente
exagera el peligro y riesgo que enfrentan las personas’ (ibid.). ‘Actividades
que hasta ahora habían sido vistas como saludables y divertidas… son ahora
declaradas como un gran riesgo a la salud’ (ibid.). Lo que es peor, ‘Hacer caso
omiso de los consejos de seguridad es transgredir el nuevo consenso moral’
(ibid.).[1]
Nuestros miedos son provocados (Sandercock
2002), por lo que ellos son sujetos a muchas variaciones. Obviamente, algunos
miedos toman más trabajo provocarlos que otros. La mayoría de
personas temen a una sombra acechando por un callejón oscuro. Pocas
personas temen a un incinerador de desechos, nanotecnologías o a las políticas de
la Organización Mundial del comercio (Goodwin et al 2001, 13) porque estos
miedos son más difíciles de provocar. El miedo a montar en bicicleta no es
inevitable, ni ‘natural’ También existe en relación con otros
miedos.
Por ejemplo, Montar en bicicleta en Londres se convirtió
en menos miedoso, comparado a viajar en bus o en metro, a raíz de los atentados
terroristas al transporte público en julio del 2005; en consecuencia el nivel
del ciclismo se incremento significativamente inmediatamente después de los
atentados, pero luego volvieron a bajar otra vez (si bien se mantuvo encima del
nivel anterior) una vez el miedo a de las personas por viajar por tren y por
bus ha disminuido (Milmo 2006). El miedo a montar en bicicleta es más
efectivamente producido a través de la construcción de montar en
bicicleta como una actividad peligrosa. Al decir que el montar en bicicleta es
construido como una actividad peligrosa, no estoy negando que los ciclistas son
lastimados en las calles; sino que estoy observando cómo los temores de la gente
de estas (in)probabilidad de lesión y muerte son más una construcción
cultural.
El resto de esta sección explora tres maneras
en el que montar en bicicleta es construido como una actividad peligrosa, y por
lo tanto como el miedo contemporáneo a montar bicicleta es provocado;
educación vial, campañas de promoción del casco y la creciente separación de la
bicicleta del tráfico motorizado. La ironía, por supuesto, es que estas
intervenciones son responsables del miedo a montar en bicicleta, claramente orientadas
a incrementar la seguridad al montar en bicicleta. Pero voy a demostrar cómo,
contrariamente a las intenciones, cada intervención de hecho tiende a
incrementar el miedo a montar en bicicleta, y algunas veces literalmente se
invocan para promover la ‘solución’. El miedo también es usado con fines de
beneficio económico para vender equipos de seguridad; Por ejemplo, hace
anuncios de publicidad citando el número de ciclistas lastimados y muertos en
las calles del Reino Unido, y aclamar crudamente, ‘debes
ser visto’.
Construyendo el miedo a montar bicicleta, 1:
Educación vial
Con la aceleración de la auto movilidad, la
tensión de la calle como un espacio de sociabilidad comunitaria y como un
espacio para los coches, en los años 1930s, se agudiza. el mundo rebeldes
de la calle como espacio para las personas y el carro incrementando vorazmente
por el apetito de más espacio no podía pacíficamente coexistir, y uno
de los dos tenía que ser dominado. [2]
Organizaciones motorizadas como
la Automobile Association y la Royal Automobile Club argumentaban que los
niños se les debía enseñar mantenerse lejos del camino de los carros, y las
campañas de educación viales nacieron, como una alternativa para preservar las
calles para las personas (algunos intentos locales fueron hechos para mantener
las calles para las personas, una temprana, pero poco seguido ejemplo son la
campañas de Salford Jugar en las calles de los años 1930s).
La transformación de la calle como un espacio
para personas a un espacio para la movilidad de los carros, tal vez
inevitablemente, produciendo muertes y lesiones. Por el año 1936 preocupaciones
por el alarmante incremento en las víctimas ha dado lugar a la idea de
implementar un programa de educación para montar bicicleta, eventualmente
adoptado nacionalmente en 1948(CTC 2005). Para detener la carnicería, los ciclistas
debían ser entrenados para lidiar con la nuevas, peligrosas condiciones. Pero
las cosas pudieron ser de otro modo. Un libro de 1947 por J. S. Dean, ex
presidente de la Asociación de Peatones, es instructivo. En su ‘estudio del
problema de las muertes en el trafico’, la mayor falta de asesinato "Murder Most Foul", el principio básico de
Dean es, ‘las calles son solo “peligrosas” en virtud de
que están llenas con vehículos pesados a
motor moviéndose rápidamente, de lejos la gran responsabilidad para
evitar choques, muertes y lesionados en las vías debería recaer sobre los
automotores’ (Peel n.d., 3).
Sin embargo la educación vial se
concentra no en los conductores de vehículos, por el contrario se
enfocan en aquellos que pueden morir a causa de estos. Dean vio como al
poner la responsabilidad del peligro en la vía en aquellos fuera de
vehículos motorizados iba a generar, a escondidas, en posicionar la
culpabilidad en estos grupos, y la mayor falta de asesinatos "Murder
Most Foul" es un ataque en para poner la culpabilidad de los
accidentes de tránsito en los niños.
La hipótesis dominante en la que la seguridad
vial en el Reino Unido se baso originalmente se ha mantenido en su
lugar. Hoy, en vez de crear estrategias para domar las fuentes que generan
peligro en la calle, la seguridad trata de inculcar al 'vulnerable',
principalmente en niños en edad escolar, el temor del tráfico motorizado, y
luego les enseñan tácticas para escapar de los peligros de la vía de
la mejor forma que puedan. El titulo del código de circulación para
usuarios jóvenes en las vías del Gobierno Reino Unido es Arrive
Alive (llega con vida) (Department for Transport 2000a). El mensaje que se
envía a los niños con tal titulo que no es a cerca de cuanta diversión
y libertad se pueden obtener de los modos sostenibles de movilidad,
tales como montar en bicicleta y caminar; Por el contrario, este le dice a los
niños que el mundo de afuera es peligroso, lleno de accidentes potenciales, y
ellos deben asegurarse mejor de tratar de llegar a salvo ‘arrive alive’.
el párrafo introductorio del programa de la
alcaldía de Lancashire para formación para montar bicicleta en "Pasaporte
para Montar bicicleta de forma segura",
igualmente parece deliberadamente diseñado para infundir miedo. Se afirma que
en Lancashire 'El numero de víctimas reportadas por
la policía en 2001 fueron 421; de estas 141 (33%) fueron niños
menores de 16 años. la información del departamentos de víctimas de Hospitales
siguieren que hay muchas más víctimas que no son reportadas
(Lancashire County Council 2004). Los Objetivos del programa afirman de que no
tiene nada que ver sobre el placer (de hecho, un objetivo ayudar a los niños a
‘entender la diferencia entre montar en bicicleta y jugar en bicicleta’),
o con pensar en cambiar los usos actuales de las vías. Por el contrario, se
enfocan firmemente en las practicas y psicología de cada niño: ‘para fomentar
el montar en bicicleta de forma segura’ y ‘para permitir a los practicantes que
consideren su seguridad personal y desarrollar una actitud positiva hacia los
usuarios de las vías’ (Lancashire County Council 2004).
Las Calles están llenas de peligros, y los
niños le deben estar más asustados y tener cuidado. las personas que enseñan
seguridad vial inculcan ‘Conciencia en seguridad’ de
varias formas: ellos dan a los niños una variedad de reflectivos; los niños son
alentados a vestir ropa de alta visibilidad y cascos; y ejercicios en la
literatura de seguridad vial enseñan a los niños a caminar o a montar en bicicleta
por complejas rutas porque estas son más ‘seguras’ (see Department for
Transport 2000b). La industria de la seguridad por lo tanto se esfuerza a
reducir las víctimas inculcando el miedo en los niños, y no dándoles a
ellos incentivos por el contrario des incentivos para caminar y montar en
bicicleta.
Un enfoque minoritario alternativo, es reducir
los peligros en la vía, prefieren concentrase en entornos menos
peligrosos, como pro ejemplo, reduciendo los números de carros y las
velocidades de estos en las calles, y mejorar la aplicación de los límites de
velocidad. En otras palabras, la actual educación vial, tal vez re
formulado como estudios ciudadanos en movilidad, podrían ser muy
diferentes. Nosotros podríamos no enseñar a los futuros adultos a no
tener miedo a los carros, o a adaptarse a los inevitables objetos de
metal motorizados llorando a lo largo de sus vidas
por encarcelarse a sí mismos en estos vehículos (Hillman et al 1990).
El club de Turismo en bicicleta peleo a durante
la primera mitad del siglo XX en contra del uso obligatorio de luces traseras
para bicicletas. Uno de los folletos de los años 1930s (Cyclists’ Touring Club
n.d.a) afirma que el ‘el uso de cualquier advertencia trasera debilitaba
el sentido de responsabilidad del conductor de un vehículo adelantando para
evitar atropellar a un ciclista o un peatón’. Nosotros podríamos
educar a los niños quitándole responsabilidad a quién va en carro. El
argumento relevante, Entonces como ahora, es que el peligro viene no del montar
en bicicleta, sino de los carros. La compulsión en el ciclista a ‘ser visto y
estar seguro’ pone la responsabilidad en el grupo equivocado. La resonancia con
el muy controvertido tema del uso del casco es clara.
Pie de página:
[1] yo tengo una recomendación que
cada día se incrementa más ‘usar siempre el casco’, y esta es una
cuestión que voy a considerar en más detalles más tarde en esta serie.
[2] vamos a ver más tarde también en este
tiempo una similar tensión entre la bicicleta y el carro cada vez más
pronunciada.
Referencias:
- CTC (2005) ‘Special Feature: CTC and Cycle Training’, Annual Report, Year Ending 30th September 2004, 2.
Cyclists' Touring Club (n.d. a) Leaflet 2 - Rear Warnings, from leaflet series 'In Defence of Cyclists' (London: Cyclists' Touring Club).
- Department for Transport (2000a) Arrive Alive: A Highway Code for Young Road Users (London: Department for Transport).
- Department for Transport (2000b) Road Safety Activity Book 2 (London: HMSO).
- Furedi, F. (2002) Culture of Fear: Risk-taking and the Morality of Low Expectation, revised edition (London and New York: Continuum).
- Glassner, B. (2000) The Culture of Fear: Why Americans are Afraid of the Wrong Things (New York: Basic Books).
- Goodwin, J., J. Jasper and F. Polletta (2001) 'Introduction: Why Emotions Matter', in J. Goodwin, J. Jasper and F. Polletta (eds), Passionate Politics: Emotions and Social Movements, 1-24 (Chicago: University of Chicago Press).
- Hillman, M., J. Adams and J. Whitelegg (1990) One False Move …: A Study of Children’s Independent Mobility (London: Policy Studies Institute).
- Lancashire County Council (2004) Passport to Safer Cycling (accessed at http://www.lancashire.gov.uk/environment/roadsafety/training/passport.asp, 19/10/04).
- Massumi, B. (ed.) (1993) The Politics of Everyday Fear (Minneapolis: University of Minnesota Press).
- Milmo, C. (2006) 'Revolution! Britain embraces the bicycle', in The Independent, 7th June, pp. 1-3 (available online at http://news.independent.co.uk/uk/transport/article656400.ece; last accessed 4/2/07).
- Peel, H. (n.d.) Motorcarnage (accessed at http://www.motorcarnage.org.uk/motorcarnage/JSDean.html, 7/6/04).
- Sandercock, L. (2002) 'Difference, Fear and Habitus: A Political Economy of Urban Fears', in J. Hillier and E. Rooksby (eds), Habitus: A Sense of Place, 203-18 (Aldershot: Ashgate).
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